Hace unas semana que han abierto el monasterio y no podíamos perder la ocasión de ir. Nuestra visita fue «VIP» porque estuvimos solos con guía que fue majísima y nos explico todo al detalle, además de resolver todas nuestras dudas (que no fueron pocas).
Comenzamos el tour con una explicación con la historia del lugar, que nos dejo impresionados ya que este fue construido por Doña Sancha y en el habitaron unas monja de la orden de San Juan de Jerusalén, fue incendiado al inicio de la Guerra Civil, saqueado y las tumbas de los Reyes de Aragón profanadas.
A día de hoy, se han recuperado algunas de las obras robadas o perdidas, estas se encuentran expuestas en una de las salas que aun están en pie. Dentro de estas obras destacan estas tres sepulturas que impresionan no solo por su estado de conservación sino también por la historia que hay de tras de estos y de las personas que yacían en ellos.
Finalizamos la experiencia visitando el claustro y la otra sala que se conserva. Una pena sin duda el estado de este claustro que por lo que parece seria enorme.
Para visitar el monumento hay que reservar por teléfono, los grupos son reducidos (cuando fuimos nosotros eran de 4 personas), el precio de la entrada es de 3 euros por persona y dura 1 hora la visita. Después de esta se puede visitar la casa natal de Miguel Servet que se encuentra en el pueblo.